ARTE ISLÁMICO
5:56 Edit This 0 Comments »INTRUDUCCIÓN HISTÓRICA
tras la muerte de Mahoma (632) se produce un proceso
de expansión política y religiosa de la civilización islámica más allá de la
península arábiga, hacia el norte de África y la Península Ibérica y hacia oriente
llegando a la India. Todo ello determina una cultura homogénea fuertemente
influida por los pueblos que domina. La capacidad de adaptación y de síntesis
que tiene el Islam, da como resultado una nueva expresión artística, un arte
ecléctico, es decir, una mezcla de estilos artísticos. Este arte ecléctico en la
parte occidental de su Imperio, en el al-Andalus da como resultado un arte
islámico que mezcla elementos clásicos, bizantinos, griegos, romanos e incluso
de pueblos bárbaros como los visigodos, junto con elementos islámicos.
El arte islámico se debe interpretar desde un punto de vista religioso propio de
una sociedad teocéntrica como es la musulmana donde el poder político y
religioso recae en la misma persona. La cultura musulmana está impregnada
de religiosidad hasta el punto de no existir diferencia entre lo laico y lo sagrado.
Esta mentalidad se refleja en la expresión artística que deja ver la fe y su
concepto de divinidad, así, como el influjo que sobre la vida del creyente ejerce
el Corán, libro sagrado del Islam. Entre las consecuencias que tiene sobre el
arte esta concepción religiosa de la vida se encuentra en que el arte
musulmán es iconoclasta. No es posible conocer la imagen de Dios y por ello
su representación resulta imposible. Tampoco se conciben otras imágenes
porque en el Islam sólo Dios es la única esencia de su religión. Por tanto
estamos ante un arte simbólico e idealizado que no pretende reflejar la
realidad. El arte islámico pretende acercarse al misticismo, a la experiencia
religiosa y por ello deforma la realidad en forma de imágenes geométricas, en
el uso de formas estilizadas, incluso en representaciones esquemáticas, pero
nunca reales ni figurativas.
LA ARQUITECTURA ISLÁMICA
La arquitectura islámica como toda su producción artística es ecléctica. Los
edificios suelen tener poca altura y están en armonía con el paisaje. Tal vez
donde mejor se aprecia el eclecticismo es en el arte desarrollado en el al-
Andalus, la parte más occidental del Imperio islámico.
Los materiales utilizados en las construcciones son pobres como el ladrillo,
yeso, estuco (cal, polvo de mármol y yeso). Es una arquitectura en la que se
aprecia un gran contraste entre la pobreza exterior sencilla y simple, y el
interior ricamente decorado.
Hablar de arquitectura islámica es hablar preferentemente de espacios
cúbicos en los que sobresalen unas semiesferas, las cúpulas. Utiliza como
elementos sustentantes columnas y pilares que son delgados pues las
techumbres que soportan son ligeras.
Utilizan diversas bóvedas: bóvedas de crucería, bóvedas gallonadas y las
bóvedas caladas que están llenas de fantasía. Así, como diversos tipos de
arcos: por influencia del arte visigodo utilizan el arco de herradura, además
de los arcos polilobulados y los arcos de herradura apuntados.
La ornamentación.
El arte islámico está íntimamente ligado a la religión y ésta prohíbe la
representación de la figura humana. Estamos ante un arte iconoclasta. La
realidad se deforma en imágenes geométricas, en formas estilizadas, y
epigráficas (versos del Corán escritos con trazos rectos o cursivos) pero
nunca reales ni figurativas. Todo ello produce un gran desarrollo de los
recursos ornamentales: juego de luces y de sombras, a través sobre todo
de celosías y juego de brillos logrado a través de la cerámica. Disposición
repetitiva de los elementos decorativos que se multiplican hasta el infinito.
La repetición, unida a la densidad ornamental (horror vacuii) produce efecto de
movilidad y agitación espacial que generan juegos de fantasía, formas
abstractas. El interés por reflejar la naturaleza lleva a los artistas a dominar las
líneas y los colores.
Elementos básicos de esta decoración son: la caligrafía, los motivos
vegetales y los geométricos. Se diferencia dos tipos de escritura: la cúfica
(signos angulosos y sobrios) y la nasjí: rasgos más libres y cursivos.
LA MEZQUITA: Es su edificio más característico: es un lugar de reunión de la
comunidad musulmana. Su estructura deriva de la casa de Mahoma. Sus
partes fundamentales son:
• Patio o sahn, a cielo descubierto, rodeado de arquería, y en su
centro una fuente o sabil para las abluciones. A uno de los lados del
patio se encuentra la torre o alminar de varias plantas, siendo la
más frecuente la cuadrada, octogonal o circular. Desde lo alto el
almuédano o muecín llama a la oración.
• Sala de oración o haram, dividida en numerosas naves
perpendiculares hacia el muro del fondo llamado quibla y que se
encuentra orientado hacia el Este, en dirección a la Meca. En este
muro se abre un pequeño nicho, el mihrab. Es en el mihrab donde se
concentra el mayor lujo decorativo, por ser el lugar santo de la
mezquita (se encuentra la esencia de Mahoma). Las naves están
separadas por columnas o pilares. Cerca se sitúa el mimbar o púlpito
escalonado para dirigir los rezos.
A veces estas mezquitas son escuelas coránicas (madraza) y en estos casos
suele tener dependencias o habitaciones en torno al patio.
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