ARTE ISLÁMICO

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INTRUDUCCIÓN HISTÓRICA

tras la muerte de Mahoma (632) se produce un proceso

de expansión política y religiosa de la civilización islámica más allá de la

península arábiga, hacia el norte de África y la Península Ibérica y hacia oriente

llegando a la India. Todo ello determina una cultura homogénea fuertemente

influida por los pueblos que domina. La capacidad de adaptación y de síntesis

que tiene el Islam, da como resultado una nueva expresión artística, un arte

ecléctico, es decir, una mezcla de estilos artísticos. Este arte ecléctico en la

parte occidental de su Imperio, en el al-Andalus da como resultado un arte

islámico que mezcla elementos clásicos, bizantinos, griegos, romanos e incluso

de pueblos bárbaros como los visigodos, junto con elementos islámicos.

El arte islámico se debe interpretar desde un punto de vista religioso propio de

una sociedad teocéntrica como es la musulmana donde el poder político y

religioso recae en la misma persona. La cultura musulmana está impregnada

de religiosidad hasta el punto de no existir diferencia entre lo laico y lo sagrado.

Esta mentalidad se refleja en la expresión artística que deja ver la fe y su

concepto de divinidad, así, como el influjo que sobre la vida del creyente ejerce

el Corán, libro sagrado del Islam. Entre las consecuencias que tiene sobre el

arte esta concepción religiosa de la vida se encuentra en que el arte

musulmán es iconoclasta. No es posible conocer la imagen de Dios y por ello

su representación resulta imposible. Tampoco se conciben otras imágenes

porque en el Islam sólo Dios es la única esencia de su religión. Por tanto

estamos ante un arte simbólico e idealizado que no pretende reflejar la

realidad. El arte islámico pretende acercarse al misticismo, a la experiencia

religiosa y por ello deforma la realidad en forma de imágenes geométricas, en

el uso de formas estilizadas, incluso en representaciones esquemáticas, pero

nunca reales ni figurativas.

LA ARQUITECTURA ISLÁMICA

La arquitectura islámica como toda su producción artística es ecléctica. Los

edificios suelen tener poca altura y están en armonía con el paisaje. Tal vez

donde mejor se aprecia el eclecticismo es en el arte desarrollado en el al-

Andalus, la parte más occidental del Imperio islámico.

Los materiales utilizados en las construcciones son pobres como el ladrillo,

yeso, estuco (cal, polvo de mármol y yeso). Es una arquitectura en la que se

aprecia un gran contraste entre la pobreza exterior sencilla y simple, y el

interior ricamente decorado.

Hablar de arquitectura islámica es hablar preferentemente de espacios

cúbicos en los que sobresalen unas semiesferas, las cúpulas. Utiliza como

elementos sustentantes columnas y pilares que son delgados pues las

techumbres que soportan son ligeras.

Utilizan diversas bóvedas: bóvedas de crucería, bóvedas gallonadas y las

bóvedas caladas que están llenas de fantasía. Así, como diversos tipos de

arcos: por influencia del arte visigodo utilizan el arco de herradura, además

de los arcos polilobulados y los arcos de herradura apuntados.

La ornamentación.

El arte islámico está íntimamente ligado a la religión y ésta prohíbe la

representación de la figura humana. Estamos ante un arte iconoclasta. La

realidad se deforma en imágenes geométricas, en formas estilizadas, y

epigráficas (versos del Corán escritos con trazos rectos o cursivos) pero

nunca reales ni figurativas. Todo ello produce un gran desarrollo de los

recursos ornamentales: juego de luces y de sombras, a través sobre todo

de celosías y juego de brillos logrado a través de la cerámica. Disposición

repetitiva de los elementos decorativos que se multiplican hasta el infinito.

La repetición, unida a la densidad ornamental (horror vacuii) produce efecto de

movilidad y agitación espacial que generan juegos de fantasía, formas

abstractas. El interés por reflejar la naturaleza lleva a los artistas a dominar las

líneas y los colores.

Elementos básicos de esta decoración son: la caligrafía, los motivos

vegetales y los geométricos. Se diferencia dos tipos de escritura: la cúfica

(signos angulosos y sobrios) y la nasjí: rasgos más libres y cursivos.

LA MEZQUITA: Es su edificio más característico: es un lugar de reunión de la

comunidad musulmana. Su estructura deriva de la casa de Mahoma. Sus

partes fundamentales son:

Patio o sahn, a cielo descubierto, rodeado de arquería, y en su

centro una fuente o sabil para las abluciones. A uno de los lados del

patio se encuentra la torre o alminar de varias plantas, siendo la

más frecuente la cuadrada, octogonal o circular. Desde lo alto el

almuédano o muecín llama a la oración.

Sala de oración o haram, dividida en numerosas naves

perpendiculares hacia el muro del fondo llamado quibla y que se

encuentra orientado hacia el Este, en dirección a la Meca. En este

muro se abre un pequeño nicho, el mihrab. Es en el mihrab donde se

concentra el mayor lujo decorativo, por ser el lugar santo de la

mezquita (se encuentra la esencia de Mahoma). Las naves están

separadas por columnas o pilares. Cerca se sitúa el mimbar o púlpito

escalonado para dirigir los rezos.

A veces estas mezquitas son escuelas coránicas (madraza) y en estos casos

suele tener dependencias o habitaciones en torno al patio.

ARTE ROMANO

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ARTE ROMANO

El arte romano, al igual que su arquitectura e ingeniería, se extendió, como su imperio, a lo largo y ancho del perímetro del Mar Mediterráneo, siendo uno de los principales exponentes de la avanzada civilización romana.

El arte romano hunde sus raices en diversas influencias, especialmente del mundo etrusco y del griego.

La fuerte organización y personalidad del Imperio Romano exige un arte y una arquitectura que aúne el carácter funcional con el propagandístico. De esta forma nace un arte muy centralizado y unitario que abarca todo el imperio, no sólo Roma sino, en mayor o menor medida, a todas su provincias.

No cabe duda que el arte romano es la manifestación artística más significativa de la historia del mundo occidental, ya que su influencia nunca se ha dejado percibir a lo largo de los muchos siglos desde su desaparición en toda Europa. No ha habido momento histórico (quizás el gótico es el arte y arquitectura más alejada del canon romano) que no haya sufrido en mayor o menor medida su influencia.

Los romanos penetraron en la Península Ibérica en el 218 a.de C. y sobre todo, a partir de la mitad del siglo II a. de C. empezaron a crearse asentamientos estables. No tardó en generarse una pronta e intensa romanización que duró más de cinco siglos y que he dejado en nuestro suelo restos arqueológicos de primer orden.

El Arte Romano tiene su principal manifestación en la arquitectura, tanto religiosa, como civil. pero otras manifestaciones de primer orden son su magnífica escultura y en menor medida la pintura.

ARQUITECTURA

A) Generalidades

B) Arquitectura religiosa: el templo romano

C) Construcciones civiles

D) Obras públicas

A)Generalidades

La característica esencial de la arquitectura romana es, sobre todo, su racionalidad y funcionalidad. Sin embargo, no debe olvidarse que su deliberada grandiosidad monumental como expresión del poder y superioridad de Roma frente a los pueblos conquistados. La arquitectura romana es heredera de la etrusca y en menor medida de la griega. Su evolución y variedad regional fueron relativamente pequeñas, presentando gran uniformidad debido al apego a principios más o menos estables fijados por el veronés Vitruvio en el siglo I d. de C.

A la arquitectura arquitrabada de los griegos, la romana incorpora, de manera constante, el arco y la bóveda de raigambre etrusca. Las bóvedas empleadas fueron principalmente la cupuliforme, la de medio cañón, de horno y la de arista.

Los materiales empleados fueron básicamente la sillería pétrea, la mampostería, el ladrillo, en combinación frecuente con argamasa de hormigón.

Aunque los romanos emplearon los clásicos órdenes arquitectónicos griegos, los usaron con mayor libertad combinándolos entre sí en la misma fachada.

B) Arquitectura religiosa: el templo romano

El templo romano es de ascendente etrusco y griego. Del templo etrusco toma su ubicación sobre un alto podio con un único acceso frontal. Del templo griego toma la larga cella y la columnata perimetral, aunque salvo en el pórtico de acceso, que son exentas, están adosadas al muro. Es precisamente en este frontal donde su aspecto más se asemeja al del mundo griego.

En España se conservan restos de numerosos templos, aunque suelen ser muy parciales.

Destaca el muy bien conservado pero pequeño templo de Vic (Barcelona) y los restos de los templos de Diana y Marte de Mérida (Badajoz), Córdoba

Entre los monumentos funerarios, destaca la Torre de los Escipiones de Tarragona, el Dístilo de Zalamea de la Serena (Badajoz), el Mausoleo de Los Atilios en Sádaba (Zaragoza). Mención especial merece el Mausoleo de la villa de Centcelles (Tarragona) por ser el monumento paleocristiano más importante de cuantos se conservan en España.

C) Construcciones civiles

Las ciudades fueron los grandes centros de la convivencia y en general de la civilización romana. En España destacaron las ciudades de Tarragona, Sagunto, Cartagena, Barcelona, Córdoba, Sevilla, Itálica, Mérida, Zaragoza, Valencia, Toledo, Segóbriga, Lugo, Astorga, León, etc.

Estas ciudades romanas necesitaron amurallarse para defenderse de las agresiones. Algunas de ellas lo hicieron al comienzo de la romanización, cuando las guerras con los pueblos celtíberos eran una amenaza real (Tarragona, Córdoba y Carmona). Las demás lo hicieron sobre todo en el siglo III, con las primeras invasiones germánicas.

En estas ciudades se construían edificios públicos para diferentes servicios y actividades (económicas, deportivas y de esparcimiento). Frecuentemente estos edificios se situaban en el foro, verdadero centro neurálgico de la urbe romana. Las termas eran grandes complejos arquitectónicos de esparcimiento y salud pública, donde se establecían baños de diferentes temperaturas (fría, templada, caliente, sauna) en salas distintas.

La basílica, edificio de tres naves separadas por columnas y con rematado en ábside, era el lugar dedicado a las transacciones mercantiles y servía también de juzgado. En la curia se celebraban reuniones políticas.

Algunos de los edificios más emblemáticos del mundo romano fueron los dedicados a los espectáculos. Solían estar cerca de la ciudad, pero fuera de las murallas.

El teatro romano, heredero del griego, dedicado a la representación de obras de dramaturgos clásicos, tenían forma semicircular y se dividían en orchestra, escenario y cavea o graderío. El anfiteatro, espacio ovalado fruto de la unión de dos teatros por la escena (de ahí su nombre) se usaba como lugar para la contemplación de luchas de animales, gladiadores, ejercicios circenses, simulación de batallas navales, etc. Por último, el circo, estaba destinado a carreras de cuádriga y era un espacio muy alargado en cuyo centro se colocaba la espina con grandes estatuas.

De la Hispania romana, quedan importantes restos arqueológicos de teatros romanos, como el de Mérida, de gran belleza e importancia, pero también citamos los de Tarragona, Sagunto, Pollentia, Clunia, Osma, Toledo, Itálica, Regina, Málaga, Medellín, etc. En cuanto a anfiteatros, en aceptable estado quedan el de Itálica (el cuarto en tamaño de todos los romanos), Mérida, Tarragona y Segóbriga. Circos, se han localizado los de Tarragona, Calahorra, Mérida y Toledo, aunque dada su enorme extensión -el de Merída llegó a tener 435 metros de longitud- no han sido demasiado respetados por el tiempo y las obras acaecidas durante los muchos siglos posteriores. También, su material pétreo ha sido utilizado como cantera popular para la construcción de otros edificios.

En el terreno de las construcciones conmemorativas, se levantaron grandes columnas, pero sobresalen, por su belleza, los arcos de triunfo, edificios levantados con arco sencillo o triple, en los accesos a las ciudades para celebrar algún éxito militar o realzar la figura de algún político. En España tenemos el arco de Medinaceli, el de Bará y Cabanes. Lamentablemente, el de Caparra, de espectacular estructura cuadrifonte, está peor conservado.

D) Obras públicas

Las ciudades romanas, bien creadas sobre asentamientos indígenas o de nueva creación, exigieron la construcción de grandes obras para salvar ríos, abastecer de agua potable la urbe o facilitar viajes entre esas ciudades. Por ello, algunas de las obras de arquitectura romana más interesantes son los puentes, acueductos y calzadas.

En España, probablemente, los mejores puentes romanos que se conservan son los de Alcántara y Mérida, de perfil horizontal. Sobre esto diremos que la mayor parte de los puentes españoles anteriores al siglo XVII tuvieron base romana, sobre la que se hicieron reformas en época bajomedieval, variando su perfil convirtiéndolo en lomo de asno.

El puente de Alcántara, sobre el Tajo, es una magnífica obra de pericia ingenieril. Los sillares se asientan sobre la roca -sin cimentación- a soga y tizón. La longitud del puente es de 194 metros y la altura de la parte central, de 47 metros. Todos sus arcos son de medio punto. Fue erigido en el año 106 por el arquitecto Cayo Julio Lácer. En su centro se levanta un arco triunfal y en su cabecera un pequeño templo.

El larguísimo puente sobre el Río Guadiana de Mérida es obra del siglo I a. C. Tiene una longitud de 792 ms. y 62 arcos y es una obra de máxima importancia para la configuración urbana de Mérida. Aunque ha sufrido destrucciones parciales y restauraciones, todavía conserva tramos de gran autenticidad romana.

La arquitectura romana tuvo uno de sus más espectaculares exponentes en los acueductos que transportaban agua a las ciudades desde manantiales o ríos. Su construcción era muy compleja y en ocasiones se tenían que salvar grandes desniveles por lo que en esas zonas su estructura era de arquerías superpuestas.

El mejor acueducto que queda de Hispania y una de las obras de arte e ingeniería más grandiosas del mundo romano es el acueducto de Segovia, construido probablemente entre la segunda mitad del s. I y principios del II, en tiempo de los emperadores Vespasiano y Trajano. Tiene una longitud de 728 metros y 28,29 de altura en su punto más alto. Su construcción es a base de sillería sin argamasa de granito y consta de 167 arcos.

El Acueducto de Los Milagros de Mérida medía 830 metros, con una altura de 25 y proporcionaba agua a la ciudad procedente del embalse de Proserpina. Todavía subsisten algunos pilares y arcos de granito y ladrillo, que al combinarse proporcionan una agradable y curiosa impresión cromática.

Tampoco les va a la zaga el extraordinario Acueducto de Ferreres que transportaba agua hasta Tarraco (Tarragona) construido en el siglo II, en la época de Trajano. Aunque tuvo una enorme longitud en su origen, actualmente conserva tan solo 164 metros y tiene una altura máxima de 26.

Una curiosa y transformada obra civil de arquitectura romana en terreno español es el faro denominado "Torre de Hércules", aunque su aspecto exterior es neoclásico por la transformación que sufrió en 1791.

2. ESCULTURA ROMANA

A) Esculura Romana

B) Retrato Romano en la República

C) Retrato Romano en la época de Augusto

D) Escultura en retratos en la época de los Flavios

E) Escultura romana y el retrato en el SII y III

Aunque la escultura romana tuvo infinidad de representaciones, soportes y funciones, no cabe duda que es el retrato la más sobresaliente

Precisamente, la escultura romana destacó sobre la griega en lo relativo a la creación de la escultura-retrato. Y es que el retrato romano hunde sus raíces en el arte etrusco, aunque también en el mundo helenístico griego y en las "máscaras mayorum", es decir, máscaras de cera que se aplicaban al rostro de los difuntos para su recuerdo y culto posterior.

Los materiales más utilizados en el retrato romano fueron el bronce y el mármol: Las estatuas eran apolícromas, no estaban coloreadas, salvo en un primer momento en que los ojos sí se coloreaban, práctica que se abandonó posteriormente para ser tallados.

Al comienzo, la escultura romana de retrato sólo representaba la cabeza y parte del cuello. Posteriormente, se avanza en la representación de todo el busto, incluyendo hombros y pecho.

No obstante, también se esculpieron esculturas de cuerpo entero. En estas estatuas el personaje podía estar de pie o sentado (es más frecuente el retrato sedente en mujeres que en hombres)

También parece que debió existir el retrato ecuestre del emperador, pero sólo ha llegado a nuestros tiempos uno solo. Aunque la influencia de esta representación de poder tuvo una gran influencia en la escultura de etapas posteriores donde fue muy frecuente la representación de los monarcas o de grandes señores cabalgando sobre su caballo.

La escultura romana del retrato nació para el emperador y luego se adaptó a otro tipo de personajes pudientes que pudieron costearse el trabajo de los artistas. De ahí que sea importante conocer los tipos de retratos que se hicieron a los emperadores porque luego, en menor o mayor medida se adaptaron al resto.

Retrato togatos. Representación religiosa con toga y manto sobre la cabeza.

Retrato toracatos, Representación militar, con coraza.

Retrato apoteósico, Representación divinizada divinizada de cuerpo desnudo, corona de laurel y atributos de un dios.

El retrato romano evolucionó durante distintas etapas, y su evolución puede rastrearse por unos cuantos detalles, como los ojos, y la forma de representar barba y cabello.

En el retrato romano femenino, además, quedan patentes las modas en los peinados.

A) El retrato romano en la República

En los retratos de época republicana la escultura romana tiene gran realismo, con los rasgos faciales muy acentuados, que recuerdan todavía a las máscaras mayorum.El retrato es de busto corto, mostrando sólo cabeza y cuello. Los hombres llevan pelo corto.

B) El retrato romano en época de Augusto

- La escultura romana de esta época se idealiza. Los rasgos acusados se disimulan

- El pelo sigue siendo corto, aunque se alarga con respecto al de la República, con mechones suaves y ondulados que se van ajustando a la forma de la cabeza.

- En los retratos femeninos, se muestra un peinado con el pelo recogido hacia atrás y una especie de tupé (el nodus) sobre la frente.

C) Escultura de los retratos durante la época de los Flavios. Siglo I

- Este periodo constituye un momento de esplendor en la escultura romana. En el retrato se tiene a un realismo donde se recogen los rasgos propios del representado pero sin acusarlos.

- El busto se alarga hasta recoger hombros y pectorales. El peinado se abulta y los rizos se hacen más amplios, acentuándose los claroscuros.

- En el retrato femenino, Julia, hija de Tito, va a impuso peinados altos muy llamativos.

D) Escultura romana y el retrato de los siglos II y III

La escultura romana de los siglo II y III tienden a un creciente barroquismo. El pelo se esculpe más largo y separado de la cabeza, con rizos muy abultados y barba, por lo que se expresa un gran dinamismo.Desde tiempos del emperador Adriano, se empiezan a tallar los ojos. En la escultura femenina, Faustina aparece peinada con raya al medio en el que el pelo cae formando ondas muy suaves y se recoge en la nuca o sobre la cabeza formando un moño.

E) El retrato romano en el siglo IV

En este periodo avanzado del arte romano, marcado por la presencia del cristianismo, los retratos se deshumanizan. Se pierde la preocupación por hacer retratos que se acerquen a la naturaleza real hombre, y se tiende a una esquematización que aleja al emperador de la sociedad. Por tanto, su escultura se puede considerar "anti-clásica". Las facciones son desproporcionadas y con una talla muy dura.

Tal evolución se aprecia perfectamente en las abundantes representaciones de Constantino. Este retrato tardo-romano anticipa el noble hieratismo de la escultura bizantina.